Dios mío, desde este pequeño pedazo de tierra te escribo para decirte que te extraño hoy mas que nunca...
Tu imperfecta hija adoptiva quiere ser ejemplo siempre, pero sabes que acá abajo la cosa esta muy difícil. Ya es difícil saber en quién confiar, a quién creer, hay una cultura a la perfección del cuerpo, pero no a la del alma, por lo tanto, no valgo mucho para este tipo de gente.
Los valores ya no son importantes. Aún así con todo esto, no pierdo las esperanzas, aunque a veces me sienta sola.
Quiero mover raíces, quiero ver brillar almas, cantar gargantas, mejorar vidas...
Algunos dicen que es inútil, otros consumen mi energía, dejándome apagada y agotada. A pesar de todo esto, recuerdo cuando le dijiste a Lot que si encontraba por lo menos 5 personas de bien no destruiríras Sodoma y Gomorra, y Dios hoy sigo diciendo que hay gente que vale la pena, no seremos muchos pero seguimos en la lucha por un mundo mejor...
Recúerdanos...