lunes, 3 de mayo de 2010

Tronco seco

Sentada estaba ella, en el tronco de aquel árbol seco. El día estaba soleado, aquellos rayos no quemaban sino que le acariciaban el cuerpo con el viento. Su pelo jugaba en su rostro, produciendo le cosquillas y a lo lejos se podía divisar el hermoso paisaje de las montañas secas sucumbidas por los días de otoño.
La lagrima ya no era lagrima, y la tristeza ya no violentaba su alma...
La soledad fue desalojada para darle paso a la compañía...
Su mirada se lleno de sueños, y de motivación, deseos de crecer, querer ser mejor, mas. La depresión al fin cedió.
Creer se transformo en Fe, Fe en posibilidad de cambio, cambio en algo nuevo, nuevo en algo seguramente mejor...
Estaba sola en esa pintura, pero acompañada por nuevas ideas, sensaciones, inmersa en un mundo que una vez soñó imposible.
La esperanza estaba de su lado, y aunque es casi imposible de Creer... se convirtió en realidad. El mundo ya no era el mismo, el día y la noche ahora eran algo. La vida era digna de ser.
Ese cuadro que antes parecía seco, sin vida, solitario y en agonía, ahora era majestuoso. La mirada de aquel había cambiado.

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