“Llamas
a mi puerta espíritu desertor, has abandonado tu batalla dando marcha atrás; soldado
temeroso no te das cuenta que aquí sólo puedo aumentar tu vergüenza?”.
“Abro mis brazos y te recibo con cariño y
tristeza, te alzo la cabeza con mis dos manos y miro tus ojos llenos de
crudeza.” “Espero tus palabras militante y me dices que ya no tiene sentido
luchar por el destino querido, por que lo sientes inútil y sin sentido, yo te
abrazo cerrando los ojos y pido por ti.”
Espíritu
Santo, que su lucha y la mía no sean en vano. No quiero sentir que bajo los
brazos, sin ver que he intentado un cambio. Luego abro los ojos y me veo al
espejo, ya mi mirada no es tan cruda como la recordaba...
Mi alma se ve fortalecida buscando esperanza.
simplemente...Un hermoso poema
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