lunes, 21 de enero de 2013



“Llamas a mi puerta espíritu desertor, has abandonado tu batalla dando marcha atrás; soldado temeroso no te das cuenta que aquí sólo puedo aumentar tu vergüenza?”.
 “Abro mis brazos y te recibo con cariño y tristeza, te alzo la cabeza con mis dos manos y miro tus ojos llenos de crudeza.” “Espero tus palabras militante y me dices que ya no tiene sentido luchar por el destino querido, por que lo sientes inútil y sin sentido, yo te abrazo cerrando los ojos y pido por ti.”
Espíritu Santo, que su lucha y la mía no sean en vano. No quiero sentir que bajo los brazos, sin ver que he intentado un cambio. Luego abro los ojos y me veo al espejo, ya mi mirada no es tan cruda como la recordaba...
 Mi alma se ve fortalecida buscando esperanza.

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