No tengo miedo a tropezar, caer, cantar mal, pasar algún tipo de vergüenza. No tengo miedo a decir lo que pienso, siento, no tengo miedo a llorar, sufrir. No tengo miedo a querer ayudar, intentar hacer sentir cómoda a la gente, bailar de manera graciosa e intentar reírme y que se ría la gente conmigo... Lo único a lo que realmente tengo miedo es, a dejar de hacerlo.
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