martes, 19 de noviembre de 2013

Péndulo, un punto de vista diferente de equilibrio.

El pensamiento y acto de todo hombre es como un péndulo, nunca para de moverse, recorre ambos extremos y toca el centro muy rápidamente para irse de nuevo al carajo.
Así es el hombre, oscila entre un extremo y el otro. Intentamos encontrar el equilibrio pero sólo lo saboreamos de a ratos, segundos. El centro, el equilibrio sería poder entender que todo en la vida tiene una cuota de sentimiento, idea, proyección, humildad, ego, sacrificio, renuncia, tristezas, alegrías, etc. La vida es como un contrato donde las partes para adquirir un beneficio, deben renunciar a otros. Es un trato que nos despierta todos los días mostrándonos qué debemos pagar y a la vez  hace que nos den ganas de levantarnos...
Cualquier acto que no posea algún sacrificio no será valorado, por lo tanto ese contrato será roto y pasará al sentimiento de inexistencia y por tanto al desequilibrio.
La madurez de los seres humanos se mide en paciencia y templanza. Todo acto impulsivo nos devuelve al movimiento pendular, toda la estructura entra en movimiento de nuevo, generando desequilibrio porque no pudimos tomarnos el tiempo necesario para poder ver el contrato, no pudimos ver a qué cosas estábamos renunciando y con ese acto sin pensar, no pudimos leer las letras pequeñas y nos mandamos a gozar. Esa satisfacción del momento fue un engaño provocado por el ego, aquel insaciable devorador de libertad y manipulador de realidades.
El ser humano es un animal de costumbres, por lo tanto hablar de lo que implica hacer un trabajo interno de conciencia sobre estos actos impulsivos y nocivos, es algo complicado ya que todo el sistema alimenta el movimiento pendular, una especie de quimera que se esparce y recorre todos los pasillos, hasta los lugares mas indefensos como las células.
 "Lo que te enoja te domina", "divide y reinarás".
Entonces si hablamos de costumbres, ellas son sociales, la sociedad armado como sistema jerárquico, rígido y directivo y el hombre esta acostumbrado a este régimen estamos en problemas.
Los que despiertan molestan y los que molestan serán catalogados como "locos" por el resto, silenciando lo que tienen para decir. Nosotros para ellos somos un parásito que debe ser eliminado y ellos para nosotros no son nada.
Toma tú tiempo para buscarte, encontrarte, conocerte, disfrutarte. Tú tiempo jamás es del otro y jamás debe serlo. Los tiempos internos son privados y libres, los tiempos sociales no, esos son del otro...

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