lunes, 7 de abril de 2014

Cómo vivir la vida sin los condimentos aquellos que le dan sabor y quedan impregnados en la memoria como un buen recuerdo. Como aquel vino que fue saboreado y desgustado con una buena compañia en un noche fresca cerca de un fuego.
Cómo no querer vivir si caminar por un parque puede llenar mi alma con sólo sentir el armo al pino.
Y malditas palabras y mediocre mi imaginación que no pueden describir lo que por mi pecho siento, lo que por mis sentidos vivo.

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