Soñé que los planetas se alineaban en el firmamento y yo podía ver cómo lo
hacían. Después de eso vi un eclipse y sentí mi pecho estrujarse, a mi corazón
galopar del miedo, pues era, el Apocalipsis!
Un fuerte sonido se escucho en el cielo, era como el resquebrajar de los
bloques de hielo en los polos. Miré al cielo y este se empezó a agrietar, como
si la ilusión de esta vida hubiese sido una pantalla creada por Dios.
La pintura del cielo caía como bloques de cemento al suelo. Y allí ya no
había consuelo más que abandonarnos a las manos de nuestro creador y dueño...
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