A veces el mundo no se rige por razones ni lógicas, quizás por causas que nos llevan a hacer locuras, situaciones que nos desencajan y no hay una respuesta que dar...
Mi subjetividad me coloca en ciego y mi orgullo y necedad en la punta más alta de la verdad. Pero no es así, y cuando me abren los ojos, la angustia vuelve y aparecen los interrogantes, aquellos que nunca antes me hice o no los pude ver, aquellas preguntas correctas que uno debe hacérselas...
No sé si me atrevo a pensar las cosas, no me atrevo a reconocer que pude estar equivocada. ¡Cuantos errores! Cuanta neblina tiene mis ojos... ¡Qué inseguridad me trae saber que las decisiones que tomo en mi vida pueden llevarme a la infelicidad o al fracaso...!
De seguro buscaré una causa y me defenderé con la razón… Púes en mí no debería haber imperfecciónes (?)
¡Dios mío! ¡Basta! Vos me acomodabas las ideas, ahora yo estoy un poco mareada...
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