Seria como negarme a mi
misma tratar de prevenir ciertas reacciones de mi naturaleza, y es que son tan
humanas! lo único que me queda es, después de haberlas hecho y reconocer que no
eran saludables o bien intencionadas, tener la humildad de pedir perdón...
Reencarno la honestidad y
la transparencia poco apreciable y despreciable para muchos, algunos tendrán
que aprender vivir con ellas y otros podrán quizás, apreciarlas…
Lo que valoro del amor es lo que mueve en
nuestro interior. Cuando uno ama, a su hermana, amiga, novio, marido, el camino
por el que incursiona en todos estos tipos de relaciones, muchas veces se vé entorpecido
por cuestiones mundanas, por la naturalización de acciones, por el egoísmo, la soberbia, envidia. Todas
estas cuestiones aparecen tarde o temprano de alguna manera en el camino con el
otro y quizás, mas que quedarnos en el dolor y la desilusión, deberíamos pensar
en las actitudes que tenemos cada uno de nosotros después de aquellos sucesos problemáticos
y angustiantes o desagradables, para así, poder ver qué es lo que
verdaderamente nos moviliza, contra quien estoy peleando, mirar la historia
recorrida, las carreras ganadas juntos, momentos felices pasados, y es que
pareciera ser que siempre escuchamos y nos detenemos en el sonido del árbol caído
en vez de los miles naciendo.
Sea cual fuera la decisión
o lo que resulte de ese análisis podemos decir que la acción a seguir va a ser
la mas liberadora, en donde tomamos conciencia verdadera de nuestro interior,
es decir, tomamos al toro por las astas.
Recordemos que la mente,
es una herramienta del sujeto condicionada por sentimientos y experiencias que generan
muchas veces reacciones que no favorecen o mejoran nuestro actuar. Al querer
cuidarnos, logramos muchas veces lastimarnos más sin darnos cuenta…
El arrepentirse
saludablemente es un acto de amor, liberado de rencor y odio. Asumir esa
postura significa eliminar la soberbia y el orgullo.
Debemos siempre hacer
memoria de ese otro, ese que nos acompaña en la vida, que posee su historia y distintos determinantes,
para poder entenderlo y comprenderlo, de esta manera logramos cuidarlo,
ayudamos a que se generen formas sanas
de expresión, darle al otro la libertad libre de temores. Permitamos el
dialogo, cuestión fundamental para cualquier tipo de relación.
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