Quiero escuchar llover...

Quiero escuchar llover...

Quiero que mientras yo llore un rayo enmudezca la tristeza y el agua calme mi sed de paz.

Quiero ver la lluvia desde la puerta de mi balcón mientras me calmo y pienso cómo hacer para sentirme mejor.

Quiero que las gotas hagan su canción mientras encuentran sus notas en los abjetos, personas y el viento.

¡Quiero sacarme esta sal y cambiarlas por agua dulce!

Necesito de un rayo que despierte la luz de mi mente y refresque la sangre caliente de este cuerpo.

Necesito que llueva, porque siempre es bueno llorar acompañada...

 

La tranquilidad del movimiento

Estuve caminando toda la noche en busca de aquel Rio. Llegué a la zona más alta de la montaña y me subí a una roca gigante, mire hacia abajo y allí estaba él, rápido y espumoso. Era un rio de gran extensión, de  gran caudal y desde arriba se podía ver las nervaduras de los pequeños flujos que desembocaban en él, alimentándolo, alimentándose cada vez más.

Me dejé caer intencionalmente, el viento movió mis cabellos y mi mirada trato de buscar la boca de la catarata para dejarme acariciar por las burbujas de aquella efusión. Aguante la respiración y un zambullido loco al agua. Sentí el frio del deshielo en todo mi cuerpo y mi corazón comenzó a latir fuerte para darme calor hasta aclimatarme.

Al salir tome una bocanada de aire, respiré profundo y acomodé mis cabellos todos revueltos. Luego dejé que la corriente se ocupe de mi cuerpo, lo acomodé extendiendo mis manos y piernas para flotar y me dejarme llevar…

Comencé a relajarme con el canto del rio, el silbido de los pájaros y con el producto de la vegetación. El sol se escondía de tanto en tanto entre los robustos árboles de copas frondosas y verdes eléctricos.

Al ir recorriendo el rio, el agua empezó a  agitarse cada vez más, estaba yendo más rápido y las piedras me lastimaron un poco y rasgaron mi ropa, no había nada por hacer, puesto que era imposible salir de ahí. El agua limpió mis heridas y se llevó consigo la sal de un par de lágrimas que me cayeron. Unas varias veces quedé atrapada entre las rocas de laja y tuve que poner de todas mis fuerzas para liberarme de ellas. Luego llego la calma…

La vida tiene un poco de valentía, belleza y adrenalina, como así también, momentos de turbulencia, dolor y lágrimas. ¿No?

Con la mirada hacia la luna llena...

Creamos ilusiones de una vida espectacular frente a alguien que creemos que nos acompañará. Si supiéramos lo que nos depara el destino creo que sería más sencillo pero a la vez aburrido ¿no?

Hoy algo en mi recordó algo del pasado, quizás, fue Shakira, que entre su antología, moscas en la casa y antes de las 6, me colocaron en algo que no pude percibir… Al amor no se lo debe dejar ir, se debe luchar…

Pero recordé la cobardía de ambos, o la valentía para dejarnos ir y crecer en forma separada… ¿Cuál de las dos nos permite seguir adelante?

Recordé que fui egoísta la única vez que no tuve que serlo, decidí serlo cuando quizás no era el momento, pero creo que hicimos lo correcto, puesto que somos seres tan completos que seguramente juntos podríamos haber hecho desastres naturales y sociales…

El presente me marea un poco, pero cuando veo el tiempo que pasamos separados sin marcarnos con esa mirada que lo decía todo, suele sentirse que nunca existió, aunque aun cierro los ojos y te “veo”. Me pregunto si seguirás así o si has cambiado. Me pregunto si hoy eres mejor de lo que fuiste ayer…

Recordé que clase de persona era a tu lado y me miro hoy y me di cuenta que somos en producción con el otro, así que hoy soy diferente, aunque no puedo ser mala… y eso que lo he intentado con muchas fuerzas… Aùn sigo con eso que me hace tan sensible y a la vez tan resquebrajable…

Soy el mar, llena de cosas internas, sin control, sin dolor, sin una idea exacta de mi futuro, solo la libertad y la extensión como para poder hacer todo lo que quiero cuando quiera y sin miedos…

¿Hoy seguimos pensando igual? ¿Tenemos los mismos objetivos? Mi vida ha cambiado mucho aunque mi personalidad no tanto y eso me gusta mucho. Hoy respiro el aire menos condensado y sin estresarme tanto como me enseñaste… si, todo lo que me enseñaste lo uso y lo tengo presente, espero que lo que te di también este en tu vida diaria. No hay cosa más linda que aprender de los maestros que pasan por la vida… espero yo haber sido también para vos, sería algo lindo saber que pude hacer algo por vos…

Entre tanto y tanto, la nostalgia me acompañó y una sonrisa saltó! Si… una hermosa sonrisa salto de este rostro...

Periodo de latencia, he dicho y me propuse a escribir lo que la lluvia de ideas vaya armando en este teclado y en no parar hasta que las mismas hayan acabado.

Pensé que, así como mi pensamiento es una recolección inmensa e innumerable de datos y esta controlada por mi cerebro, mi mente es capaz de controlarlos y manejarlos a su gusto y paladar.

Y Lo hace según su estado anímico y por tanto no puedo confiar en ellos. ¿Como se que los colores son verdaderamente esos? Y si no lo son, entonces mi pensamiento esta manipulado también.

¡Mi mente me engaña! ¡No puedo valerme ya ni de mi misma, ni confiar en mis palabras! Me aíslo entonces al vacío existencialista de esta cruel verdad!

Intente recién decir algo importante y mi mente mágicamente se olvido, ¿cuantas veces nos paso? Olvidarnos de cosas importantes, temas, comentarios. Estamos sometidos al antojo del procesador intelectual que abusa de nosotros.

Verdaderamente podemos llamarnos libres?
Dijo descartes: "Pienso luego existo".
De lo único que estoy segura es que puedo dudar de mi y de mi pensamiento, como así también, que cualquiera de ellos pueden estar mintiéndome.

Me escucho… sé que sigo adentro, eres parte mía. ¡Cuán fácil sería desligarme de mi misma!

Aguanta pequeña ironía y no te rías. He guardado demasiada vida y es por eso creo que sigo respirando día a día. Peleando estoy...

Estoy aprendiendo a ubicarme dentro de los paisajes abiertos del público presente. Pruebo y atino a la respuesta del otro, mientras éste hace su muestra…

Cuando llega la pelea, ¡hay del que la pelea! Puesto que antes de su reconocimiento, ha creado en mi una pena.

¡Cúlpame! ¡Disminúyeme! Hazme pequeña e in valedera en esta tierra, no importa cuanto  trates, siempre habrá otra alma andante que pensará diferente. No importa la razón sólo vale la acción.

Estás perdiendo una batalla que sólo tú decidiste armar. Recuerda que antes de perder ya habías decidido morir con la necesidad de existir. Y que ya había deseado escribir la historia que hoy no es para ti.