Hoy quise
robar tu victoria, arrancar tu seguridad y hacer un mar de tus incertidumbres.
La venganza
sin embargo, no llegó a concluirse.
Hoy el
resentimiento me tomo por sorpresa y la risa maléfica comió mi razón.
Desperté y
estaba llena de ira, moría por verte resquebrajado u expuesto frente a los demás.
Eso hiciste tú conmigo, ahora que lo veo con claridad.
Mi imperfección,
el lado humano, hoy se dio el lujo de crecer cual flor en medio del desierto,
pues eh hecho hasta lo imposible por negar estos sentimientos.
Los soy,
soy una gran y desconocida hasta por mi, ambivalencia.
Hoy quise
exponerte, avergonzarte, desee con tanta fuerza que te enojes conmigo, que
aparezcas como te conozco y no como aquel que no sabe salir del cascaron de los
libros para conocer sin ellos.
Me llamaste
redundante y yo quise decirte que por lo menos puedo intentar y me atrevo a
mostrar una definición mía, propia y única. Tu lo podrías hacer? Claro que si,
pero no tienes los huevos.
Hoy le perdí
el respeto a tu persona, hoy ya no te admiro, ni te considero capaz de nada,
porque en el tiempo esa pobreza en vos se mostró. Sos como una bolsa llena de
nada, sin saber donde ir…
Sos como un
potus, algo estático, un vegetal, como si estuvieras en coma mientras alguien
te lee millones de libros y tú, sólo para pertenecer a la realidad tratas de
memorizarlos. Estas solo porque simplemente sos egoísta, soberbio e incapaz de
tener tus propias opiniones, sos cansador y redundante, complicado en frases,
letras y palabras, sin importarte si el otro puede entenderte realmente o no, y
no podrías ser de otro modo porque no tienes ni una palabra en tu vocabulario
que haya salido de tu propia experiencia de vida. Sos como una calculadora,
llena de combinaciones, de números, y una suma eterna de escritores que no te
llevan mas que a la desdicha, a una mayor inseguridad y ansiedad. Como si fuera
que ellos te van a contestar quien sos…
No hay comentarios:
Publicar un comentario