Y me
encuentro plena, la piel y su nombre ya no están en mi sistema.
Ya puedo
empezar a cambiar el abono de esta tierra, porque ya ha pasado la época de
aquella semilla. Ya lo he cosechado todo, hasta el ultimo fruto y ahora solo
queda el olor a la tierra mojada y el recuerdo.
Ya no
recuerdo el gusto, pero si puedo describirlo: tierno como un tomate y dulce
como un melón.
Ya ha
pasado la hora de aquella dura amargura, ahora solo queda una pizca de aquello
que fue bello.
Este es mi
despertar. Salí y pude ver el sol. Es mi camino, yo sola lo arme y pude. Por
eso me siento feliz.
Supere,
enfrente con valor y crecí con humildad y Dios.
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